POLTERGEIST EN MI CASA
Uno de mis defectos es el fuerte temperamento. No hay cabida para la razón en mi cabeza. Me gusta resolverlo todo a golpes e insultos. Me han partido la cara muchas veces y también he estado en la cárcel por lesiones personales. Hace poco tuve la oportunidad de comprar una casa a precio de huevo. El resto de la herencia se halla guardada en el banco. La muerte de mi papá fue muy repentina y lastimosamente no alcancé a despedirme de él. Ahora que ya no está, debo adquirir un poco más de responsabilidad. Cuando me trasladé con mis cosas al nuevo domicilio, todo estaba perfecto: cero quejas con los vecinos, los servicios domésticos llegaban a un precio justo y lo mejor de todo era que en el vecindario no se excedía el ruido. Quería conformar mi propia familia, así que me traje a “Músculos” a vivir conmigo. Nunca conocí a un pitbull mejor que él; fiel y bravo a la vez. Con el transcurrir de los días, la situación iba empeorando. Se escuchaban golpes que provenían de las paredes. No había