EL VISITANTE NOCTURNO - Relato N°1, Parte ll
¡Oh Dios mío! El silencio en el ambiente es aterrador. Incluso más que mi visitante nocturno, al cual no he visto todavía. Hace un frío del carajo, pero creo que estoy tiritando del miedo. Lo raro es que no se oye nada en la sala. “Debe ser que ya se marchó”, dije esto en mi mente y después me tranquilice por completo. Me llené de coraje y abandoné la protección de las sábanas. El despertador indicaba las cuatro de la mañana. Estaba ansioso porque probablemente conocería al dueño de la sombra inquieta. Oculto en el armario, esperé a que fueran las cinco. No quería encontrarme con algún espectro horrendo. Arrastré la cama y la dejé en su sitio habitual. Antes de entrar a la sala, hice la señal de la santa cruz sobre mi pecho. Convencido de haber adquirido la protección divina, ingresé con cautela. Me sorprendí al ver que la puerta de la habitación, el comedor, las sillas, los cuadros, el televisor y su mesa de soporte, se hallaban destrozados y esparcidos en el suelo. Lo peor de todo, e