EL VISITANTE NOCTURNO - Relato N°2, Parte I

EN EL DIARIO DE DORA

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Fecha: 31 de Octubre del 2020.

Hora= 11:55 pm.

“Ya es muy tarde para seguir escribiendo”, fueron las palabras que se manifestaron en mi mente.

En la ventana se apareció un gato persa de pelaje claro y alborotado, de ojos rojos y con los dos colmillos inferiores que sobresalían de sus fauces.

Su mirada espeluznante, aturdía mi tranquilidad.

No me percaté de su compañía, al momento de cerrarla hace una hora. Sin embargo, ésta se hallaba medio abierta.

El felino no producía el mínimo maullido, ni el clásico ronroneo que caracteriza a los de su especie. Más bien se parecía una estatua postrada en el borde de la ventana.

Lo curioso de la situación es que ni los fuertes ventarrones que nacieron al instante, pudieron desequilibrarlo. 

Aquel vendaval que sólo se manifestaba en mi ventana, era tan frío como la nieve.

Poco a poco fui sintiendo un escalofrío tremendo que me dejó inmóvil por unos cuantos segundos.

Mientras tanto, el animal no apartaba su mirada de la mía.

Escuché de nuevo las misma palabras y esta vez no se originaron en mi cabeza. Estaba segura de que había sido el gato, aunque no lo haya visto articular frases con el hocico.

Los vientos despejaron las nubes que ocultaban la luz de la luna y la claridad reveló la verdadera naturaleza de mi acompañante nocturno.

Habían cinco metros de distancia entre nosotros.

Su sombra demoníaca alcanzaba a rozar mis pies e intentaba sujetarme con las garras alargadas.

El gato no me dejó dormir aquella noche.