UN PSICÓPATA CON COMPLEJOS DE ESCRITOR - Parte II: Hospital psiquiátrico JM

 

¡Querido Diario!

Un vecino chismoso me observó durante varias noches y dio aviso a la policía.

Ellos requisaron mi casa.

Desgraciadamente, aún conservaba el cuchillo con el que hube asesinado a Julia aquel 28 de Abril del 2015; siendo las nueve de la noche.

Removieron la tierra del solar y encontraron ocho cuerpos que estaban cubiertos con una mortaja negra.

Tres cadáveres se hallaban recientes: el de mi vecina y el de mis dos hermanos menores, Pitty y Chencho.

Gracias al abogado, no me enviaron a la cárcel.

Le demostró al juez que yo padezco la esquizofrenia.

“A diferencia de Robert y mi padre, no opté por suicidarme. Dejé de ser víctima y me convertí en verdugo”.

Me trasladaron al hospital psiquiátrico JM.

El suministro de fármacos para doparme no fue suficiente y les he fingido en muchas ocasiones.

“Creo que el doctor Jaime Martelo está loco. He visto cuando humilla a los otros dementes; incluso Santa me advirtió que mantuviera la distancia con él.

En el poco tiempo que llevo dentro del manicomio, determiné que era el peor lugar del mundo para tratar mi trastorno mental.

¿Por qué el doctor nos odia? Si detesta su trabajo, debería renunciar y dejarlo en manos de otro psiquiatra.

Los enfermeros también nos maltratan y nos obligan a trabajar.

Hace dos días falleció un anciano y lo sepultaron en el solar. Estoy seguro que las autoridades competentes no lo saben.

Los enfermeros requisaron todos los dormitorios y el doctor descubrió mi apreciado cuaderno. Lo quemó delante de mis ojos, burlándose de mí.

“Ese hombre no sabe que ha sentenciado su propia vida. Mi furia caerá sobre su débil y vieja humanidad”.