LOS INMORTALES CHUPASANGRE - Parte II: El regreso de Víctor

Víctor ha regresado solo desde la montaña Alpe.

Allá estuvo cautivo durante un mes y no ha pronunciado ni una sola palabra.

Se le ve más pálido que de costumbre.

Sus ojos color miel reflejan el vacío que hay en su interior.

No lo han visto parpadear, comer, ni mucho menos dormir.

El 90% de su cuerpo se halla mordido.

Su hogar fue destruido por los Inmortales Chupasangre.

Al no tener familiares que le brinden posada, debe dormir en la calle.

Los días transcurrieron conforme a su llegada.

En dos semanas, los ciudadanos lo vigilaron y notaron que sus cuatro colmillos crecieron un centímetro.

El color de los ojos se le aclararon, obteniendo un tono amarillento. Sus pupilas se volvieron rojas.

Después de salir del estado de shock en el que estaba, quiso advertir a todas las personas acerca del mal que estaba a punto de suceder.

Todos le temían.

Al no poder transmitir la información que conocía, buscó otra alternativa para liberarse de su destino; la cual sería el suicidio.

Ubicó al puente más cercano, uno de diez metros. Se lanzó de cabeza sin pensarlo dos veces y murió enseguida.

Su cráneo chocó contra el asfalto y no se quebró.

El cuello se le fracturó y solamente emanó un poquito de sangre negra de la boca.

Víctor falleció a las tres de la tarde.

Los curiosos no dudaron en acercarse al cuerpo, con tal de sacar fotos y grabar videos.

En quince minutos resucitó, sediento de sangre y asesinó a aquellos imprudentes.

Su demonio interno despertó, destruyendo casas, personas y animales.

El caos reinaba en la ciudad del Norte.

A las seis de la noche llegaron sus compañeros. Con su ayuda conquistaron a la ciudad.

El ajo, el crucifijo y la estaca de plata no le afectaban porque él fue convertido por el primer vampiro de la historia.